Moral práctica
Dr. David J. Guzmán
El espíritu de familia lo forma esa vida dulce, tranquila y ordenada que
solo se encuentra en el seno del hogar; es esa paz inalterable que debe
reinar en él, y donde los padres son los patriarcas de ese cielo en que viven
los niños que son los ángeles; es ese lugar donde nacimos, donde están todas
las reminiscencias de nuestra infancia; es esa casita blanca rodeada de perfumadas
flores, de aves enamoradas, de cantos de alegría, de frutos almibarados, de sol
deslumbrante durante el día e iluminada por las estrellas del cielo durante la
noche; es decir, el nido de los sentimientos del corazón, de las virtudes del
alma que nos acercan a Dios y que marcan nuestro destino en el camino de la
vida. (Concepción
poética del ambiente en familia. En lo que se refiere al entorno natural,
poco queda en nuestro deforestado país.)
El espíritu de familia lo forma esa noble genealogía de amores y
recuerdos, de esperanzas y placeres de la infancia que nunca se olvidan; lo
forma esa primera escuela del hogar que ampara y favorece las primeras dulces
enseñanzas de la madre, los consejos del padre. Y luego, cuando los hijos
llegan a ser hombres, esa dicha de inclinar reverente la cerviz ante la
majestad de una cabeza cana, de besar la frente venerable de una madre, de una
esposa amante, y estrechar contra el pecho las cabecitas rubias de los ángeles
del hogar, como bálsamo de vida que la Providencia nos envía desde el cielo.
Los hijos llegan a la edad de abrazar un campo más extenso a sus actividades y entran
en posesión de una carrera o de un oficio.
La hija se recoge todavía en el seno del hogar, bajo los pliegues del
maternal cariño, a sentir el calor de la familia y la santa meditación del
porvenir. Pero pasan las horas de la adolescencia, y la hija de familia pasa
también el umbral de ese hogar para realizar su definitivo destino como esposa
y madre (actualmente también como profesional), augustas funciones que la hacen digna de todos los merecimientos y
atenciones. Pero el abandonar así los lazos queridos, ellos, los hijos, lleva
en sí el sentimiento del deber, y en la conciencia los rayos de la verdad y del
bien. Y todavía, en las postrimerías de la vida no se olvida el antiguo hogar
solariego, cuando los hijos ya viejos y valetudinarios vuelven hacia él la
mirada entristecida por los recuerdos, hacia ese cementerio de los corazones,
que al fin, nos ha permitido llegar al sepulcro llevando con nosotros los
últimos fulgores de la familia, mezclados con las esperanzas del cielo.
El amor al orden en la casa es un factor importante en el mecanismo de
la economía doméstica. El método consiste en dividir el tiempo del mismo modo
como se hacen los establecimientos de enseñanza. A cada ocupación corresponde
una hora determinada. Distribúyase el trabajo de los servicios y de los
sirvientes sin distraerlos de él para ocuparlos en otra cosa, adoptando un
sistema uniforme de acción a las mismas horas.
La idea del orden, puesta en práctica, puede decirse que es la mitad del
bienestar de la casa. La vista se reposa, con placer en un hogar donde reina la
simetría y el buen gusto, en donde todo se halla en aseo y buen orden; y por
eso admiramos esos hogares en donde impera el trabajo y la actividad que todo
lo alienta y vivifica para crear la prosperidad de la familia y los dulces
goces del hogar.
Una sociedad tan solidaria
del bien como debe ser la familia ha de apoyarse en las inapreciables ventajas
que traen el orden y la economía. El orden y la limpieza prueban hábitos
regulares y dan idea del espíritu de cultura del hombre.
Los amos (palabra que ha
desaparecido nada más en teoría) de casa deben manifestar a sus sirvientes cariño,
tolerancia y apacibilidad, y proceder con ellos con justicia, evitando las
órdenes altivas, hablarles con calma y sin orgullo, puesto que son seres
racionales dignos de amor y consideraciones; así es como se obtiene que los sirvientes
(a lo mejor haya sido reemplazada por algún
eufemismo), establecida la confianza en ellos, sean muchas veces los
mejores amigos y consejeros de la familia.
http://reflexionesvillalta.blogspot.com/p/distribucion-de-roles-en-la-familia_13.html
http://valoresvillalta.blogspot.com/2016/02/deberes-generales-del-ciudadano.html
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