UNIDAD CENTROAMERICANA
lunes, 5 de mayo de 2014
domingo, 27 de abril de 2014
viernes, 25 de abril de 2014
jueves, 17 de abril de 2014
Palabras mágicas
Con el título describo el nombre de algunas palabras; cuya práctica se ha perdido
con el correr de los tiempos.
¿Por qué? Son muchas
las causas que originan su pérdida; y especialmente la familia juega un papel
protagónico en su implementación; lo mismo que la escuela.
Los niños y jóvenes no
ven valor alguno en usarlas en su lenguaje cotidiano; y con sobrada razón, pues
padres y docentes no las implementan, mucho menos usan.
Saludar (buenos días,
buenas tardes, buenas noches), pedir permiso; en fin, son expresiones anticuadas.
Necesario es que la
familia principal formadora de valores implemente de palabra y acción normas de
cortesía; seguimiento que los docentes deben dar en la escuela.
El uso de expresiones
de cortesía nunca perderá vigencia. Saludar, pedir permiso, disculpas y otras,
son frases de cortesía que nos ayudan a vivir en paz con nuestra familia, compañeros
y amigos.
El siguiente relato muestra la importancia que tiene en la vida practicar el hábito de saludar; pero además, demuestra que todas las personas sin discriminación alguna, merecen un trato digno.
<<Juan trabajaba en una planta distribuidora de carne. Un día, terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores a inspeccionar; en ese momento se cerró la puerta, se bajó el seguro y quedó atrapado.
Aunque golpeó la puerta fuertemente y comenzó a gritar, nadie pudo escucharlo.
La mayoría de los trabajadores habían partido a sus casas, y fuera del refrigerador era imposible escuchar lo que ocurría dentro.
Cinco horas después y al borde de la muerte, alguien abrió la puerta. Era el guardia de seguridad que lo entró y lo rescató.
Juan preguntó al guardia de seguridad como se le ocurrió abrir esa puerta, si no era parte de su rutina de trabajo, y él le explicó:
- Llevo en esta empresa trabajando 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día; pero tú eres el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes. El resto de trabajadores me tratan como si fuese invisible.
Hoy, como todos los días, me dijiste tu simple "hola" a la entrada, pero nunca escuché el "hasta mañana".
Espero por ese "hola" y ese "hasta mañana" todos los días; para ti yo soy alguien, y eso me levanta cada día.
Cuando no oí tu despedida, supe que algo te había pasado; te busqué y te encontré>>.
miércoles, 16 de abril de 2014
martes, 15 de abril de 2014
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